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martes, 19 de mayo de 2015


EL BUEN TRATO TANTO EN EL ÁMBITO LABORAL COMO PROFESIONAL MEJORA SU DESEMPEÑO DE LOS TRABAJADORES QUE LABORAN EN UNA DETERMINA EMPRESA.

Generar un buen ambiente de trabajo es hoy para las compañías algo tan valioso como la facturación o la estrategia de marketing. Se trata de un problema de gestión, ya que muchas veces los altos niveles jerárquicos simplemente no saben cómo tratar y motivas a sus empleados.

El principal problema que tiene las empresas está centrado en las relaciones interpersonales.

 
Un gerente que tome buenas decisiones, pero que tenga situaciones de conflicto entre su equipo de trabajo, no puede jactarse de una buena administración. A corto o a largo plazo, estos conflictos impactarán negativamente en los resultados de la empresa.

Por lo tanto, para llevar a cabo una administración exitosa se deben observar algunos principios fundamentales: respeto, tolerancia, disposición y motivación.

Respeto: es el principal ingrediente en el desarrollo de relaciones interpersonales exitosas. La palabra de un directivo tiene que tener valor para un empleado; lo que se dice, se cumple. Tanto en el premio como en el castigo. Cuando la palabra de un gerente tiene valor, no solo consigue respeto, sino que genera un clima de confianza. Reconocer los errores e intentar enmendarlos también es una manifestación de respeto.
 

Tolerancia: es necesario aceptar la riqueza de la diversidad; todos somos diferentes; los empleados no son máquinas; cuando se contrata personal debe existir la convicción de que esas personas van a contribuir al mejor desempeño de la empresa. Escuchar las opiniones de los puede ayudar a encontrar nuevas ideas. Cuando el empleado siente que es tratado como una máquina, reacciona en forma negativa y no solo se resienten las relaciones, sino que se resiente también el desempeño. También hay que saber esperar los tiempos de cada persona; no todos los empleados vana a rendir un 100% desde el primer momento. Ser tolerante significa saber esperar los tiempos de adaptación y acomodación de cada uno, para logar la mayor integración y compromiso y, por ende, mejores resultados.
 

 
Disposición: evitar las actitudes de omnipotencia y de sentirse como “un ser superior”. Tener disposición significa que el empleado siente que puede hablar con su jefe. No necesariamente hay que realizar esta práctica diariamente, pero es importante que se haga esporádicamente. El empleado debe sentir que es escuchado y tomado en cuenta.
 


 Motivación: es uno de los principales factores para lograr la fidelización y la lealtad hacia la empresa. Un empleado motivado no solo está comprometido con su trabajo, sino también con los valores y la filosofía de la empresa.
 

Lograr la fidelización a través del buen trato

Para el consultor estadounidense Leigh Branham, una de las causas de los altos índices de rotación que tienen las empresas en la actualidad se debe a que los empleados jóvenes no creen en la lealtad hacia la empresa. “Los jóvenes de hoy, que vieron cómo despedían a sus padres luego de años de sacrificio, no creen que exista algo así como la lealtad, afirmó Branham en una entrevista publicada por el diario Clarín, en la República Argentina.

Pero para este consultor, este no es el único motivo que explica el cambio. También existe una “escasez de talentos”, que afecta especialmente a los países del Primer Mundo debido al progresivo envejecimiento de la población y el desfasaje existente entre los empleados mayores y las nuevas necesidades de formación y capacitación que surgen de los altos niveles de tecnificación de las empresas.

Entre el resentimiento de los más jóvenes y la falta de adecuación técnica y tecnológica de los mayores, las empresas tienen otro problema con sus recursos humanos. Para Branham, el problema central no está en que se queden o en que se capaciten, sino en que se comprometan. En realidad, el verdadero problema es que los niveles gerenciales no se han dado cuenta todavía que tratar bien a la gente es una forma de lograr mayores resultados.
 
Branham propone algunos pilares básicos para el buen trato hacia los empleados: darle una tarea que concuerde con sus expectativas, evitarle el estrés y hacer que se sienta atendido. Por supuesto que eso demanda un esfuerzo extra por parte de los niveles gerenciales, pero es importante determinar cuáles son los empleados que merecen que se haga ese esfuerzo. Solo algunos tienen el potencial de convertirse en buenos empleados, y hacia ellos hay que apuntar las iniciativas. Existe otra franja de empleados “activamente no – comprometidos” que solo representan un problema. De acuerdo a este consultor, lo mejor en esos casos es dejar que el empleado se vaya.

Pero en la mayoría de los casos, solo se trata de un error gerencial de motivación adecuada. Es responsabilidad de un gerente corregir los problemas de desempeño, pero esto exige esfuerzo y confrontación, y no todos los gerentes están dispuestos a ello. Un gerente debe tener “valor emocional para confrontar”. Pero la filosofía imperante entre los altos mandos es que la gente es reemplazable, es decir, no es importante y se puede encontrar a otro.

Conclusiones

Para que una empresa pueda considerarse como exitosa, no basta sólo con tener elevados niveles de venta o desarrollo sino hay que buscar equipos bien integrados. En un ambiente de cordialidad y respeto, el trabajo puede ser visto como un modo de vida y no como una obligación. Finalmente, los resultados positivos serán tanto para la organización como para las personas.

 

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